Hay algo que trasciende lo razonable en la brujería: algo que escapa a nuestro conocimiento, y que hay que explicarlo a través de las emociones.
Con las canciones de adelanto que ha ido presentando Baiuca estas últimas semanas de lo que será "Embruxo", el ritual en donde convergerán las nuevas composiciones del prestigioso productor gallego y que se convertirá en su segundo álbum largo, pasa algo similar.
No ha necesitado pócimas raras ni pelos de gato para que su alquimia sonora se convierta en un auténtico ritual de embrujo musical. "Meigallo", tercer single tras "Luar" y "Veleno" y último adelanto antes de que se publique el álbum el próximo viernes 7 de mayo, pone de manifiesto no solo los lazos conceptuales que nos llevan hasta la 'santa compaña' o los rituales de brujería ancestral de su Galicia natal; sino que su alianza con el grupo de cantareiras-pandereteiras Lilaina proyecta un genética sonora que continúa expandiendo una electrónica global, que sabe a tierra y cables, a pasado y futuro.
Zanfonas y voces salvajes se funden entre programaciones, arquitecturas rítmicas y un sonido inéditamente universal en un proyecto que parte desde la emoción de su Galicia natal para embrujar las pistas de baile, las playlists alternativas y las derivas de la música popular.