El cambio climático, la deforestación en el norte paceño y gran parte de la Amazonia, junto con la explotación aurífera a cielo abierto, están dando lugar al mayor desastre ambiental en Bolivia, desencadenando una creciente crisis del agua que exige la implementación urgente de un plan nacional de mitigación, según advirtió el exdiputado paceño Luis Eduardo Siles en declaraciones recientes.
Siles hizo hincapié en que durante los últimos 17 años, todos los gobiernos bajo el Movimiento al Socialismo (MAS) han demostrado un doble discurso en materia ambiental. A pesar de autodenominarse "pachamamistas" y defensores de la Madre Tierra, han permitido la destrucción de bosques a una escala alarmante, lo que ha tenido graves consecuencias.
El exdiputado señaló que, por tercer año consecutivo, Bolivia se encuentra entre los tres países más deforestadores del mundo, después de Brasil y la República del Congo, con la pérdida de 6.5 millones de hectáreas de bosques desde 2006. Esta devastación forestal ha llevado a la disminución de la "evapotranspiración", un proceso crucial que involucra la evaporación y la transpiración de las plantas, y que desempeña un papel vital en el ciclo del agua y las lluvias.
El problema se agrava con la producción de drogas en el Chapare, donde los narcotraficantes contaminan la tierra con tóxicos y el gobierno recurre a la quema de vegetación para desmantelar fábricas de cocaína. Esta doble amenaza a los recursos naturales ha llevado a la disminución de las lluvias y la sequía en varias regiones del país.
Siles también expresó su preocupación por la falta de acción preventiva en relación con el agua, mencionando la reciente "cumbre del agua" promovida por el alcalde de La Paz, Iván Arias, que según él, debería haberse llevado a cabo antes, en lugar de participar en festividades.
El exdiputado destacó la pérdida del Lago Poopó y el peligro que enfrenta el Lago Titicaca debido a la acumulación de residuos sólidos y la falta de políticas públicas para abordar este problema. Además, hizo un llamado al gobierno nacional para que elabore un plan de mitigación que atienda esta crisis.
Siles reconoció que el gobierno no puede controlar las condiciones climáticas, pero enfatizó la necesidad de un plan para afrontar las consecuencias del desastre ambiental en curso. La falta de agua amenaza la vida en el occidente de Bolivia y se suma a una crisis económica ya existente.
Además, el exdiputado advirtió sobre los riesgos para la salud derivados de una intensa radiación solar causada por la falta de nubes y la ausencia de una campaña de concientización sobre la protección de la piel contra los rayos ultravioleta.
En lugar de gastar millones de bolivianos en publicidad estatal enalteciendo la figura presidencial o promoviendo la supuesta industrialización, Siles sugirió que los recursos deberían destinarse a educar a la población sobre el uso responsable del agua, la gestión de residuos y la promoción de comportamientos ambientales sensatos.
La advertencia de Luis Eduardo Siles resalta la urgente necesidad de un compromiso nacional para abordar la crisis ambiental que afecta a Bolivia, proteger sus recursos naturales y garantizar un futuro sostenible para las generaciones venideras.
Con información de Opinión
Siguenos en Google News