Facebook todavía no ha podido escapar de las aguas turbulentas de los Facebook Papers, los múltiples artículos periodísticos que se publicaron a partir de documentos filtrados por Frances Haugen. Y mientras la compañía intenta seguir adelante del modo menos caótico posible, al menos a la vista del público y madurando la idea de un cambio de nombre, intenta cubrirse legalmente ante las peticiones de autoridades.

Según publica The New York Times, Facebook les ha pedido a todos sus empleados que preserven todos los documentos internos y las comunicaciones relacionadas con sus negocios que daten desde el 1 de enero de 2016. Esto se informó a los empleados el martes por la noche a través de un correo electrónico.

El e-mail indica que la medida se ha tomado ante la aparición de las primeras solicitudes por parte de “gobiernos y cuerpos legislativos”. Lo que ha hecho la red social es, básicamente, imponer una retención legal para evitar que los empleados eliminen documentación relacionada con sus operaciones desde la fecha mencionada anteriormente. Una portavoz de Facebook confirmó la determinación al NYT, pero no dio más detalles al respecto.

Además, los empleados han recibido la recomendación de preservar todos los mensajes encriptados que guarden relación con las operaciones de la compañía. Pero eso no es todo, ya que también se les ha solicitado mantenerse alejados de las plataformas de mensajería “efímeras” para propósitos laborales; y que no se publiquen referencias a esta retención legal en Workspace, el canal de comunicación que utiliza Facebook internamente.

Mark Zuckerberg, CEO de Facebook

De todos modos, la determinación no abarca a la totalidad de la empresa. Los documentos y comunicaciones que se relacionan exclusivamente a WhatsApp, por ejemplo, no están alcanzados por la medida. Y lo mismo ocurre con New Product Experimentation, la incubadora interna de Facebook, y el estudio dedicado a la realidad aumentada Sparks AR.

Todos los ojos críticos están puestos sobre Facebook

Los Facebook Papers provocaron un verdadero sacudón en la firma dirigida por Mark Zuckerberg. La red social intentó quitarles validez a las investigaciones por considerar que se basan en documentos parciales, pero es evidente que internamente han provocado estragos.

Los documentos filtrados por Frances Haugen han puesto a Facebook bajo la lupa por una variedad de determinaciones polémicas o cuestionables. Desde la aplicación de censura en Vietnam, hasta el reconocimiento de que faltan herramientas para evitar la viralización del discurso de odio; sin olvidar el grave problema del tráfico de personas —que Facebook también conoce que sucede en sus plataformas—, y la decisión de poner las métricas por encima de todo, incluso aunque atenten contra la salud de los usuarios.

Por lo pronto, la empresa también trabajaría en un operativo cerrojo para evitar más filtraciones desde su interior. Para ello haría privados algunos grupos de trabajo, con el fin de limitar el acceso a informaciones o debates internos sobre temas sensibles.