La agencia Moody's Investors Service (Moody's) ha emitido una advertencia sobre la crisis económica en Bolivia, señalando que su magnitud es incierta. Como resultado de esta situación, Moody's ha rebajado la calificación del país de 'B-' (con revisión de ratings) a 'CAA1' (negativa), lo que ha generado una pérdida de confianza internacional en cuanto a la capacidad de Bolivia para obtener créditos. Esta advertencia se basa en preocupaciones relacionadas con la falta de estabilidad en la gestión de las reservas, la escasez de dólares, las subvenciones a los hidrocarburos y la división dentro del partido gobernante MAS.
El Gobierno no emitió ningún comunicado oficial. Sin embargo, YPFB emitió un comunicado en el que afirma que los costos de subvención de combustibles han disminuido notablemente en beneficio del país. Durante el mes de mayo, el desembolso por litro de diésel oil fue de 2,76 Bs que el pico más alto se registró en junio de 2022 con Bs 6,05.
Según el informe de Moody's, la disminución de la calificación de Bolivia de 'B-' a 'CAA1' es resultado de la falta de reservas externas suficientes, lo que ha generado incertidumbre a corto plazo y riesgos para la estabilidad macroeconómica. La continua disminución de las reservas internacionales ha vuelto a Bolivia vulnerable a un posible colapso de la confianza, lo cual se ha manifestado en las últimas semanas. Además, Bolivia ha perdido acceso al mercado internacional de bonos y no cuenta con perspectivas concretas de recibir un apoyo significativo de los acreedores oficiales.
Moody’s afirma que “Bolivia parece haber entrado en una crisis económica de magnitud y duración inciertas, después de años de insostenibles políticas que la hacían vulnerable a tal situación. El declive de la producción de gas y las políticas expansivas han alimentado déficits que han agotado las reservas financieras de Bolivia, que alguna vez fueron grandes”.
Los episodios “de inestabilidad política han intensificado la tendencia. A principios de 2023, esto provocó un impacto en la confianza y un aumento en la demanda de divisas. La situación continúa desarrollándose, y la erosión de la publicación oportuna de datos (es decir, del estado de las reservas) genera más incertidumbre en torno a su gravedad. La evidencia anecdótica indica que el impacto continúa, incluida la escasez de combustible informada, la incapacidad del público para retirar depósitos en dólares, y dificultad de los importadores para conseguir dólares para pagar la mercadería”.
Con información de El Deber